LOS ÓRDENES DEL AMOR
Como ya os contamos en el primer post sobre Los órdenes del amor, existen 4 principios y en el artículo de hoy los vamos a explicar en detalle. Si quieres mejorar en tu salud emocional y las relaciones familiares, no te lo pierdas
A continuación vamos a ver los 3 principios que intervienen:
1 ¿QUE ÉS LA JERARQUÍA?
El principio de “orden natural”, asociado a la familia y al individuo.
El principio de jerarquía, como uno de los órdenes del amor, se aplica en diversos campos y se refiere a la organización o disposición de elementos, autoridades o valores en una estructura ordenada, donde cada nivel o elemento tiene un rango específico en relación con los demás, con el objetivo de establecer prioridades y mantener la estructura organizada y funcional.
En ocasiones, escuchar el término “jerarquía” nos produce cierto rechazo, puesto que lo asociamos a la imposición y falta de libertad. Curiosamente esta palabra, en sentido etimológico significa: “orden sagrado”, “orden divino”, lo cual se refiere a la creencia en que los acontecimientos, las acciones y la estructura del mundo o del universo están dirigidos o determinados por un propósito, que condiciona todo aquello que ocurre en la realidad.
El “Principio de Jerarquía” es uno de los conceptos clave en la terapia familiar sistémica desarrollada por Bert Hellinger. Este principio se refiere a la importancia de respetar el orden y la jerarquía natural en una familia. Según Hellinger, cada miembro de la familia tiene un lugar en la jerarquía familiar, y ese lugar debe ser respetado para que haya armonía y equilibrio en las relaciones familiares.
Algunos aspectos clave del “Principio de Jerarquía” en los “Órdenes del Amor” incluyen:
Los que llegan antes tienen el primer lugar:
Según este principio, los padres ocupan el lugar más alto en la jerarquía familiar, entregando a los hijos lo más grande que poseen, la VIDA. Los hijos jamás podrán devolver ese legado, más que recibiendo todo lo que los padres tienen para entregarles y teniendo una actitud de:
– Respeto y consideración: Hablar y comportarse de manera respetuosa hacia ellos, escuchando sus opiniones y consejos, y tratando de comprender sus puntos de vista, incluso si no se está de acuerdo con ellos.
– Gratitud: Reconocer y apreciar todo lo que los padres han hecho y siguen haciendo por sus hijos. Esto puede incluir el amor, el cuidado, la educación y el apoyo que han brindado a lo largo de la vida. Incluso si los padres no han podido o sabido desarrollar sus funciones como tal, agradecer la vida que les ha sido dada a los hijos, puesto que ello es lo más grande que alguien puede entregar.
– Ejercer su independencia y autonomía: A medida que los hijos crecen y se vuelven adultos, estos deben tomar responsabilidad sobre sus propias vidas y decisiones. Lo cual no significa seguir las acciones de los padres, sino más bien tomar decisiones consecuentes de manera independiente.
Respeto por los roles:
Cada miembro de la familia tiene un rol y una función específicos dentro de la dinámica familiar. El principio de jerarquía sugiere que es importante que cada miembro asuma y respete su rol sin tratar de ocupar el lugar de otro. Cuando un rol no es cubierto, crea un vacío, llevando a otro miembro de la familia a ocupar un lugar que no le corresponde. Este hecho genera a su vez en los miembros de la familia carencias en cuanto a sus necesidades básicas, que tienen impacto en el desarrollo evolutivo de los menores.
Reconciliación con el pasado:
El principio de jerarquía implica que los miembros actuales de la familia deben tratar de reconciliarse con el pasado y honrar a aquellos que vinieron antes. Únicamente tomando el legado anterior, se puede construir una vida propia sin resentimiento y desde el amor.
¿Qué ocurre cuando no seguimos estos principios?
No seguir estos principios puede tener diversas consecuencias negativas en las relaciones familiares y personales:
- Confusión en cuanto a roles y responsabilidades, lo cual conduce a conflictos constantes entre los miembros del grupo.
- Falta de equilibrio en la toma de decisiones y el control, lo que puede causar caos, tensión y resentimiento en la familia.
- Lealtades divididas: es posible que las personas se sientan divididas entre lealtades hacia diferentes miembros de la familia, lo que puede ser emocionalmente agotador y conflictivo.
- Aparición o repetición de patrones de insatisfacción y otras dinámicas disfuncionales que pueden dar lugar a la violencia entre los miembros del sistema familiar, tanto de padres/madres a hijos como de hijos a padres/madres (la llamada VFP: violencia filio parental).
- Problemas de autoestima y autoimagen en los hijos, influyendo en la capacidad para establecer saludables fuera de la familia.
- Aislamiento emocional y exclusión. El que los hijos no cuenten con una figura de apoyo y contención por parte de los padres/madres puede ser muy perjudicial para su salud mental y emocional.
Cuando los padres no ocupan su lugar, los hijos tienen que asumir funciones para las que no están preparados, deteniendo su vida y su desarrollo evolutivo. En estos casos, los hijos invierten su energía en sobrevivir, desarrollando traumas en ocasiones “invisibles”, que más adelante puede que aparezcan o se hagan visibles en la adolescencia.
En aquellas familias en las que se respeta este principio, junto con los otros órdenes del amor, es más fácil que sus individuos crezcan física y emocionalmente hasta alcanzar la autorrealización.
¿Como se aplica este principio de jerarquía al individuo?
Así como en la familia existe un orden natural, el desarrollo del individuo también se produce de forma jerarquizada, siguiendo unas pautas concretas que ya fueron definidas en 1943 por el psicólogo humanista Abraham Maslow. Este psicólogo fundó la teoría de la motivación humana, desarrollando la famosa “Pirámide de Maslow”, que ilustra una jerarquía de necesidades humanas. En esta teoría, las necesidades básicas como la alimentación y la seguridad se sitúan en la base de la pirámide, mientras que las necesidades de autorrealización y crecimiento personal están en la parte superior. Según este principio, las necesidades más básicas deben satisfacerse antes de que las personas busquen la satisfacción de necesidades más elevadas. Una vez que se satisfacen las necesidades más básicas, las personas buscan satisfacer las necesidades de niveles superiores. Cuando las personas intentan invertir el orden generalmente se sientes frustradas en sus logros.
Teoría de Maslow en los ordenes del amor
La teoría de Maslow se presenta en forma de una pirámide con cinco niveles:
- Necesidades fisiológicas: Son las necesidades básicas para la supervivencia, como la comida, el agua, el refugio y el sueño.
- Necesidades de seguridad: Son las necesidades relacionadas con la seguridad y la protección, como la seguridad física, el empleo, la salud y la propiedad. .
- Necesidades de afiliación o pertenencia: Son las necesidades sociales y emocionales, como la amistad, el amor y el sentido de pertenencia a un grupo. .
- Necesidades de estima: Son las necesidades relacionadas con la autoestima y el reconocimiento, tanto el reconocimiento externo como la autovaloración. . .
- Autorrealización: Es el nivel más alto de la pirámide y representa la necesidad de alcanzar el máximo potencial y desarrollo personal, buscando el crecimiento, la creatividad y la autorrealización.
La teoría de la jerarquización, los chakras y el yoga
La teoría de la jerarquización de las necesidades humanas mantiene un notable paralelismo con lo que representa el simbolismo de los chakras, proveniente de las antiguas tradiciones espirituales y filosóficas de la India, de las cuáles se nutre el yoga.
Cada chakra tiene un nombre asociado y está conectado con diferentes aspectos emocionales, mentales y espirituales del ser humano. Los siete chakras principales son:
- Chakra Raíz (Muladhara): Ubicado en la base de la columna vertebral. Se asocia con la supervivencia, la seguridad y la conexión con la tierra.
- Chakra Sacro (Svadhisthana): Ubicado en la zona pélvica. Se relaciona con la creatividad, la sexualidad y las emociones.
- Chakra Plexo Solar (Manipura): Ubicado en el área del abdomen. Está relacionado con la autoestima, el poder personal y la voluntad.
- Chakra Corazón (Anahata): Ubicado en el centro del pecho. Se asocia con el amor, la compasión y la conexión con los demás.
- Chakra Garganta (Vishuddha): Ubicado en la garganta. Se relaciona con la comunicación, la expresión y la autenticidad.
- Chakra Tercer Ojo (Ajna): Ubicado en el entrecejo. Está conectado con la intuición, la percepción y la sabiduría interior.
- Chakra Corona (Sahasrara): Ubicado en la coronilla de la cabeza. Se asocia con la espiritualidad, la conexión con lo divino y la expansión de la conciencia
El ultimo chakra, el corona, se sitúa en la cima de la jerarquía del yoga, asociado al estado de Samadhi, que es la unión completa con la divinidad o la conciencia suprema. Samadhi es a menudo descrito como un estado de éxtasis, iluminación o unidad total. Alcanzar Samadhi es el objetivo final del yoga según la tradición.
El fin ultimo del yoga, al igual que la teoría de Maslow, consiste en la autorealización. No obstante, es importante destacar que cada persona puede encontrar su propio camino dentro de esta estructura, y al igual que no todas las personas pretenden llegar a un estado de autorealización no todos los practicantes de yoga buscan llegar al estado de Samadhi, ya que sus objetivos pueden ser más terrenales, como el bienestar físico y mental.
2 ¿QUÉ ES LA PERTENENCIA?
Cómo afecta en tu vida y tus relaciones.
Cuando no te sientes parte o excluyes partes de ti, que no quieres aceptar.
El concepto de “orden de pertenencia” se relaciona con las dinámicas familiares y las relaciones interpersonales, y es parte de los “Órdenes del Amor” desarrollados por Bert Hellinger, un terapeuta alemán conocido por su trabajo en terapia sistémica.
Este orden o principio se refiere al sentido de pertenecer a un sistema familiar o a un grupo social. En el contexto de “los órdenes del amor”, se considera esencial para el bienestar emocional y el equilibrio en las relaciones. Algunos aspectos clave de la pertenencia incluyen:
- Reconocimiento de los miembros: Cada miembro de una familia o sistema social tiene derecho a ser reconocido y aceptado como parte de ese sistema, independientemente de sus características, ideología o comportamiento. Negar la pertenencia a alguien o excluirlo puede generar conflictos y desequilibrios en las dinámicas familiares y en el bienestar emocional de sus miembros. Del mismo modo, aunque nuestra individualidad o esencia particular traiga aspectos diferenciadores del sistema, es importante que nos sintamos parte de él, reconociendo nuestra singularidad como una continuidad a lo anterior, gracias a lo cual hemos desarrollado nuestra propia individualidad.
- Lealtad y respeto: Los miembros de una familia, grupo o contexto social deben respetar y honrar sus raíces y las relaciones entre sí. La falta de respeto o lealtad hacia otros miembros puede crear tensiones y problemas en las relaciones. Ello implica respetar las decisiones y destino de cada uno de los miembros sin inmiscuirnos o pretender cambiarlo. Del mismo modo, el crecimiento en el sistema familiar y social requiere una labor de autoescucha para identificar las propias necesidades y ejercer una tarea de autorespeto y lealtad hacia uno mismo. Todo intento de repetir ciegamente lo anterior, con el único objeto de “pertenecer” y obtener reconocimiento y amor, traerá consigo tensiones internas que pulsarán por salir, llevándonos a la enfermedad o a repetir destinos trágicos o patrones de sufrimiento.
- Inclusión de generaciones anteriores: Las generaciones pasadas también son parte y cada una de las circunstancias anteriores tiene una repercusión en nuestro presente, aunque no hayamos conocido a nuestros antecesores. Tanto las habilidades adquiridas por nuestros ancestros como las situaciones anteriores vividas que han creado impacto emocional, quedan registradas en nuestro ADN, formando parte de nuestra memoria celular. No únicamente tiene impacto lo que ha sucedido en nuestra familia sino que todo aquello que acontece en una comunidad, aunque no existan lazos de sangre, queda grabado en el inconsciente colectivo, creando un patrón perceptible a los sentidos, aunque no lo hayamos protagonizado. Ignorar o negar la influencia de lo anterior suele llevar a una actitud de “resistencia” o “arrogancia”, dificultando la adaptación a situaciones nuevas, así como fomentando el aislamiento social, frente a la dificultad para incluir opiniones ajenas, apoyo y colaboración de otros.
No respetar el orden de pertenencia puede tener diversas consecuencias negativas a nivel personal:
- Dificultades y conflictos internos y en las relaciones, puesto que el no respeto y exclusión trae tensiones y resentimientos, contribuyendo a que te sientas herida y enfadada. Del mismo modo, aquello que excluyes en ti, sea porque no lo aceptas o lo ignoras, pulsa por salir a la superficie y cuanto más resistencia le pongas con mayor fuerza saldrá, jugándote malas pasadas e incluso dañando la relación con otras personas.
- Síntomas físicos y emocionales que pueden manifestarse como enfermedades físicas (aquellas más comunes dentro del sistema familiar), trastornos emocionales (ansiedad o depresión) o problemas de comportamiento (actitudes de desconfianza o violencia). Tanto la exclusión de lo anterior como partes de tu propia individualidad, promueve la denigración, el juicio e incluso el autoabandono, contribuyendo a la enfermedad.
- Sentimientos de culpa y remordimiento, que si no son expresados y adecuadamente canalizados, pueden afectar al bienestar físico y emocional.
- Sentimiento de desconexión y alienación, contribuyendo a la soledad y el
- Repetición de patrones disfuncionales, lo que puede llevar a problemas recurrentes. Habitualmente, en los sistemas familiares dónde algunos de sus miembros han sido excluídos debido a un rasgo o conducta inaceptable para el sistema, tienden a reproducirse en las generaciones siguientes esos mismos rasgo o conductas en alguno o varios de los descendientes.
- Dificultades en la toma de decisiones, puesto que la persona se suele encontrar perdida y confundida, al no sentirse parte ni conectada a la familia y, a menudo, tampoco al sistema social.
La comprensión y la aplicación del “principio u orden de pertenencia” puede ser beneficiosa para identificar patrones disfuncionales y ayudar a las familias y personas a sanar y restaurar el equilibrio en sus relaciones. Estos principios también se aplican en otros contextos, tanto sociales como grupales, para fomentar relaciones saludables y equitativas entre sus miembros.
3 ¿QUÉ ES EL AGRADECIMIENTO?
Valorar y reconocer lo que se ha recibido y se tiene, contribuye al bienestar emocional y a mantener relaciones más saludables.
En ocasiones estamos más enfocados en lo que nos falta que en lo que poseemos. Construir nuestra vida y relaciones desde ahí, nos orienta a sentirnos constantemente frustrados y carentes. Desde la perspectiva sistémica, expresar gratitud puede tener un impacto significativo en las dinámicas de cualquier sistema, ya sea este familiar, organizacional o social.
En este contexto, aquí te muestro algunas reflexiones sobre cómo la gratitud puede mejorar el funcionamiento de cualquier sistema en interacción:
- Reconocimiento de contribuciones: En un sistema, las personas desempeñan roles y hacen contribuciones diversas. Expresar gratitud hacia aquellos que contribuyen de manera positiva puede fortalecer las relaciones y el funcionamiento del sistema al reconocer y valorar esas contribuciones.
- Equilibrio y reciprocidad: En la perspectiva sistémica, se busca mantener un equilibrio y una reciprocidad en las relaciones. Mostrar gratitud puede ser una forma de equilibrar la dinámica, ya que cuando se aprecia a alguien, se crea una disposición para dar en el futuro.
- Generación de confianza: La gratitud puede generar confianza en un sistema. Cuando las personas sienten que su esfuerzo y apoyo son reconocidos y valorados, es más probable que se comprometan positivamente con el sistema y trabajen en beneficio de todos.
- Ciclos de agradecimiento: En la perspectiva sistémica, se reconoce que las acciones y las emociones son parte de ciclos y patrones más amplios. Mostrar gratitud puede iniciar un ciclo positivo de agradecimiento y aprecio en el sistema, lo que puede fortalecer las conexiones entre las personas.
- Reducción de conflictos: La gratitud también puede ser una herramienta para reducir conflictos en un sistema. Cuando las personas se sienten valoradas y respetadas, es menos probable que surjan tensiones y malentendidos.
En resumen, la gratitud puede ser una poderosa herramienta para fortalecer y mantener relaciones saludables en un sistema. Al reconocer y valorar las contribuciones de los demás, se pueden fomentar dinámicas positivas y promover el bienestar del conjunto de los miembros que constituyen el sistema en cuestión.
PRINCIPIO DE AGRADECIMIENTO SEGUN CONSTELACIONES FAMILIARES
El principio de agradecimiento es un concepto importante en las constelaciones familiares. Este principio sugiere que para vivir una vida plena y armoniosa, es fundamental mostrar gratitud y respeto hacia nuestros antepasados, nuestra familia y las experiencias que hemos tenido en nuestras vidas, tanto las positivas como las negativas.
Aquí hay algunas ideas clave relacionadas con el principio de agradecimiento en constelaciones familiares:
- Reconocimiento de la historia familiar: El principio de agradecimiento nos insta a reconocer y honrar la historia de nuestra familia, incluyendo a nuestros antepasados. Esto implica mostrar respeto por las generaciones anteriores y aceptar que su influencia puede estar presente en nuestras vidas de diversas maneras.
- Aceptación de las circunstancias: Agradecer implica aceptar las circunstancias y las experiencias que hemos vivido, incluso aquellas que puedan haber sido dolorosas o difíciles. Aceptar las experiencias y decisiones de nuestros ancestros, nos libera de la repetición de patrones negativos y conflictos familiares, puesto que nos permite tomar el aprendizaje sin juicio.
- Gratitud por las lecciones: Agradecer también implica reconocer las lecciones y los aprendizajes que hemos obtenido de nuestras experiencias, especialmente de las desafiantes. Estas lecciones pueden contribuir al crecimiento personal y espiritual.
- Reconexión con la familia: En las constelaciones familiares, se busca restaurar la armonía y el equilibrio en el sistema familiar. Mostrar gratitud puede ayudar a sanar relaciones familiares fracturadas y a establecer conexiones más saludables con los miembros de la familia.
- Vivir en el presente: El principio de agradecimiento nos anima a vivir en el presente y a dejar atrás resentimientos, culpas y cargas familiares no resueltas. Al hacerlo, podemos experimentar una mayor paz interior y bienestar.
En resumen, el principio de agradecimiento en constelaciones familiares se centra en reconocer y honrar nuestras raíces familiares, aceptar nuestras experiencias y mostrar gratitud por las lecciones que hemos aprendido. Al hacerlo, se busca restaurar la armonía en el sistema familiar y vivir una vida más plena y equilibrada.
GRATITUD HACIA EL CUERPO A TRAVÉS DEL YOGA Y EL MOVIMIENTO SENSITIVO.
Mostrar agradecimiento al cuerpo es una práctica importante para promover la salud física y mental, así como el bienestar general.
Tanto el yoga como el movimiento sensitivo corporal (MSC) resultan ser prácticas que fomentan este hábito, ya que se centran en la conexión entre el cuerpo, la mente y el espíritu.
Aquí te muestro algunas formas en las que está presente el agradecimiento en la práctica del yoga y el movimiento sensitivo:
- Conexión con el cuerpo: durante la práctica de yoga y MSC se anima a prestar atención consciente al cuerpo, enfocando la mirada hacia las sensaciones físicas, el movimiento y la respiración. Esta atención plena hacia el cuerpo puede ayudarte a desarrollar un mayor aprecio y gratitud por su funcionamiento y capacidad para moverse y adaptarse.
- Agradecimiento por la salud: A medida que practicas yoga o MCS regularmente, puedes experimentar mejoras en la salud física y mental. Esto puede llevar a un mayor agradecimiento por tu bienestar y vitalidad.
- Practicar la aceptación: El yoga y el MSC promueven la autoaceptación y el no juicio. Te alienta a aceptar tu cuerpo tal como es en el momento presente, sin compararte con los demás ni juzgarte a ti mismo. Esta aceptación puede cultivar la gratitud por tu propio ser.
- Conciencia del momento presente: El yoga y el MCS enseña a vivir en el momento presente. Al liberarte de preocupaciones pasadas o futuras, puedes centrarte en las bendiciones y experiencias presentes, lo que fomenta la gratitud por lo que tienes en ese momento.
- Meditación y reflexión: El yoga y el MCS a menudo incluye prácticas de meditación y reflexión. Estos momentos de calma y quietud pueden ayudarte a reconocer y agradecer las cosas que a menudo pasan desapercibidas en la vida cotidiana.
- Cultivo de la compasión: El yoga y el MCS promueve la compasión, tanto hacia uno mismo como hacia los demás. A medida que te vuelves más compasivo contigo mismo, es más probable que sientas gratitud por tu propio ser y por las oportunidades que tienes en la vida.
- Conexión con los demás: Las clases de yoga y MCS a menudo crean una sensación de comunidad y conexión entre los practicantes. Esta sensación de pertenencia y conexión con otros puede fomentar la gratitud por las relaciones y el apoyo social.
- Elevación del estado de ánimo: La práctica regular de yoga y MCS ha demostrado tener efectos positivos en la salud mental, incluida la reducción del estrés y la ansiedad, y el aumento de la sensación de bienestar. Cuando te sientes mejor emocionalmente, es más fácil experimentar gratitud.
En resumen, el yoga y el MCS son prácticas que fomentan la gratitud al ayudarte a conectar contigo mismo, a aceptarte tal como eres y a valorar las bendiciones presentes en tu vida. A través de la atención consciente, la aceptación y la práctica de la compasión, el yoga y el MCS te invita a vivir con gratitud en cada momento.
Mostrar gratitud hacia tu cuerpo es una forma de empoderarte para cuidar mejor de ti mismo y vivir una vida más saludable y feliz. Recuerda que tu cuerpo es valioso y merece ser tratado con respeto y aprecio.
4 EQUILIBRIO ENTRE DAR Y RECIBIR
DEL SISTEMA SOCIAL AL SISTEMA INTERNO
El equilibrio entre dar y recibir en un contexto sistémico se refiere a la idea de mantener un equilibrio en las interacciones y relaciones dentro de un sistema, donde las personas o elementos en el sistema dan y reciben de manera equitativa y saludable. Este concepto es aplicable en diversos contextos, como las relaciones personales, las organizaciones, las comunidades y la sociedad en general.
Aquí hay algunas consideraciones clave sobre el equilibrio entre dar y recibir en un enfoque sistémico:
- Reciprocidad: En un sistema equilibrado, las interacciones deben ser recíprocas. Esto significa que las personas o elementos dentro del sistema deben dar y recibir de manera equitativa, de modo que ninguna parte se beneficie en exceso a expensas de otra.
- Flujos de energía: En un sistema, la energía, los recursos y las contribuciones deben fluir de manera equitativa en todas las direcciones. Esto asegura que ningún componente se agote o se beneficie desproporcionadamente.
- Interdependencia: Los sistemas suelen estar formados por partes interdependientes. El equilibrio entre dar y recibir reconoce que las partes dependen mutuamente y deben contribuir de manera justa para mantener la estabilidad y el funcionamiento saludable del sistema en su conjunto.
- Adaptabilidad: El equilibrio entre dar y recibir puede variar según las circunstancias y las necesidades cambiantes del sistema. Es importante que el sistema sea capaz de adaptarse y ajustar las contribuciones según sea necesario para mantener un equilibrio dinámico.
- Consideraciones a largo plazo: En un enfoque sistémico, es importante mirar más allá de los beneficios inmediatos y considerar las implicaciones a largo plazo de las interacciones dentro del sistema. Esto puede incluir la sostenibilidad, la equidad y el bienestar a largo plazo de todas las partes involucradas.
- Comunicación y transparencia: La comunicación abierta y la transparencia son clave para mantener el equilibrio entre dar y recibir en un sistema. Las partes deben ser conscientes de las contribuciones de los demás y estar dispuestas a comunicar sus necesidades y expectativas.
- Resolución de conflictos: Cuando surgen desequilibrios o conflictos en un sistema, es importante abordarlos de manera constructiva y buscar soluciones que restauren el equilibrio y promuevan un funcionamiento saludable.
En resumen, el equilibrio entre dar y recibir desde un enfoque sistémico implica mantener relaciones equitativas, recíprocas e interdependientes dentro de un sistema, ya sea en relaciones personales, organizaciones o cualquier otro contexto. Esto contribuye a la estabilidad, la armonía y la eficiencia a largo plazo del sistema en cuestión.
EL EQUILIBRIO DENTRO DEL SISTEMA FAMILIAR
En el contexto familiar, el equilibrio entre dar y recibir se basa en la idea de que en las familias, cada miembro debe ocupar su lugar adecuado y cumplir con su responsabilidad apropiada. Cuando este equilibrio se rompe, pueden surgir problemas y conflictos en el sistema familiar. Este desequilibrio se manifiesta a menudo en la forma en que las personas dan y reciben en sus relaciones.
Algunas de las dinámicas comunes que no respetan el equilibrio entre el dar y recibir incluyen:
- Dar en exceso: Algunos miembros de la familia pueden sentir la necesidad de dar constantemente sin recibir mucho a cambio, lo que puede llevar al agotamiento emocional o físico, además de sentirse resentidos con otros miembros que no dan en la misma intensidad.
- Recibir en exceso: Otros miembros pueden sentirse incómodos o culpables por recibir, lo que puede crear desequilibrios en las relaciones. En ocasiones, el recibir en exceso puede llevar a la persona a sentir la necesidad de retirarse de la relación, puesto que se siente en la “obligación” de devolver algo que siente que no puede.
- Negar la recepción: Algunas personas pueden resistirse a recibir amor, apoyo o cuidado de otros, lo que puede afectar negativamente sus relaciones. Estas personas suelen poner distancia emocional, teniendo dificultades para abrirse a la intimidad que requieren ciertas relaciones. En ocasiones sucede tras haber experimentado dolor en relaciones anteriores o como producto de la arrogancia o soberbia: “yo puedo solo”.
La única relación en la que no se produce este equilibrio es en la relación entre padres e hijos, ya que los padres dan la vida a los hijos, y eso es algo que no se puede devolver.
Dentro de la terapia sistémica pretende identificar estas dinámicas y buscar el equilibrio. Para ello es necesario el diálogo y acuerdo entre las partes implicadas, explorando así nuevas acciones y conductas que puedan restablecer el equilibrio perdido.
Mediante una constelación familiar se muestran las dinámicas de desequilibrio, representadas a través de figuras o personas que representan a los miembros de la familia. Posteriormente, a través de la persona que decide constelar, se trabaja para que a partir de sus acciones, se pueda restablecer un equilibrio más saludable en las relaciones.
Sea cual sea la técnica empleada, todo proceso sistémico busca identificar y sanar heridas emocionales y patrones destructivos, permitiendo que el amor y la armonía fluyan de manera equilibrada.
MANTENER EL EQUILIBRIO INTERNO
El cuerpo humano cuenta con un sistema interno constituido por todos los sistemas y órganos que funcionan internamente para mantener la salud y el bienestar.
Algunos de los sistemas internos más importantes del cuerpo humano incluyen:
- Sistema Nervioso: Controla y coordina las funciones del cuerpo y permite la comunicación entre diferentes partes del cuerpo. Incluye el cerebro, la médula espinal y los nervios.
- Sistema Circulatorio: Transporta sangre, oxígeno, nutrientes y hormonas por todo el cuerpo. El corazón y los vasos sanguíneos son componentes clave de este sistema.
- Sistema Respiratorio: Permite la respiración y el intercambio de oxígeno y dióxido de carbono en los pulmones. Incluye los pulmones y las vías respiratorias.
- Sistema Digestivo: Procesa los alimentos y absorbe los nutrientes esenciales para el cuerpo. Incluye el estómago, el intestino delgado, el intestino grueso y otros órganos.
- Sistema Endocrino: Regula las funciones del cuerpo mediante la liberación de hormonas. Incluye glándulas como la tiroides, la hipófisis y el páncreas.
- Sistema Urinario: Elimina los desechos y regula el equilibrio de líquidos en el cuerpo. Incluye los riñones, la vejiga y las vías urinarias.
- Sistema Muscular: Permite el movimiento y la función de los órganos internos. Está compuesto por músculos esqueléticos, lisos y cardíacos.
- Sistema Esquelético: Proporciona soporte y estructura al cuerpo. Está formado por huesos y articulaciones.
- Sistema Inmunológico: Defiende al cuerpo contra enfermedades y patógenos. Incluye células y órganos como los ganglios linfáticos y el bazo.
- Sistema Reproductivo: Permite la reproducción y la perpetuación de la especie. Hay sistemas reproductivos masculinos y femeninos.
Estos sistemas internos trabajan en conjunto para mantener el equilibrio y el funcionamiento adecuado del cuerpo humano. Cualquier desequilibrio o problema en uno de estos sistemas puede afectar la salud y el bienestar de una persona.
Estos órganos no únicamente se ven afectados por la alimentación y los hábitos de vida saludables, como el ejercicio y el descanso, sino que también reciben influencia de las emociones, pensamientos y energía del cuerpo. Cualquier impacto que afecte el equilibrio físico, mental, emocional o energético, incidirá directamente en el resto.
En yoga y movimiento sensitivo buscamos restablecer el equilibrio en todos los sistemas del cuerpo, siguiendo el principio de equilibrio, entre dar y recibir. Este principio se puede observar en:
- La práctica física, encontrando un equilibrio entre la fuerza y la flexibilidad. Dar y recibir se refleja en la forma en que utilizas tu fuerza para entrar en una postura (dar) y la forma en que te relajas y permites que tu cuerpo fluya y se abra en la postura (recibir).
- La meditación y la atención plena (mindfulness) en cada una de las asanas o movimientos, te capacita para estar presente y dar atención a tus sensaciones, pensamientos y emociones sin juzgar. Esta práctica te abre a recibir un estado de paz y claridad, promoviendo el equilibrio emocional.
- El conjunto de asanas, respiraciones, meditaciones/visualizaciones y movimientos propuestos en una clase de yoga o movimiento sensitivo, tienen el fin de restablecer el flujo de energía en el cuerpo, abriendo y liberando aquellos canales que puedan estar obstruidos. De esta forma se facilita el equilibrio, ayudando a que la energía llegue a todas las partes del cuerpo.
Terapia sistémica familiar
La terapia sistémica familiar es una forma de intervención psicológica que se enfoca en comprender y abordar los problemas dentro del contexto de las relaciones familiares y su dinámica. En lugar de centrarse únicamente en el individuo, esta terapia considera a la familia como un sistema interconectado en el que los problemas de uno pueden afectar a todos.
Durante una sesión de terapia sistémica familiar, trabajamos con la familia para identificar patrones de comunicación disfuncionales, roles familiares problemáticos y conflictos no resueltos. El objetivo es promover la comprensión mutua, la empatía y la colaboración entre los miembros de la familia para resolver los problemas de manera efectiva.
Si no acabas de estar segur@ puedes agendar una primera cita gratuita para conocernos, escucharte y ver qué es lo que necesitarías.
¡Hasta la próxima!